en avenidas
Hoy me puse triste porque me dijeron que tengo que dejar mi casa el 15 de junio y nunca la conociste.
Hace unos días escuchaba una canción que fue mi día y noche durante los meses de corazón roto por el duelo de “terminar””. El tiempo pasó y esa canción que decía “no quiero volver a conocer personas sin ti” se cumplió. De una forma distinta, ya no nos relacionamos de esa caótica manera que ponía todo en una constante tormenta. Encontramos los puntos medios y decidimos agarrarnos la manito mientras los buscábamos, incluso a la distancia, física y emocional. Y es que, desde que nos conocemos, la existencia del otre en nuestras vidas se ha sentido tan natural, que siempre terminamos buscándola.
Hoy me puse triste porque me dijeron que tengo que dejar mi casa el 15 de junio y nunca la conociste.
Llevamos 5 años sin vernos las caritas en persona, pero nuestra existencia compartida es fuertísima, se siente presente y me llena a diario.
A veces quisiera contarte más abiertamente lo mucho que hablo de ti en el día a día, lo mucho que cuento cuánto he aprendido a tu lado. Quisiera contarte cómo todas las personas en mi vida saben de tu existencia, algunes de forma más compleja que otres, pero lo saben.
Me encanta pensar que el gato te conoce y sabe de ti a pesar de su corto año de vida.
Me gusta pensar que has hablado con mi roomie y con amigues míes de quienes jamás has visto sus caras.
Me gusta lo cerca que estamos, incluso en hemisferios diferentes y a 3 husos horarios de distancia.
Me gustan nuestras tardes de catan y de chisme.
Nuestra receta secreta de polenta, salchichas -veganas-, tortillas y chipotle.
Me gusta esta relación hecha de forma artesanal,
uniendo hilo por hilo,
dando espacio,
mucho
espacio.
Dando espacio, tanto espacio, que cabemos
tú,
yo,
nosotres en pasado,
nosotres en presente,
nuestro cariño,
nuestra amistad,
nuestra complicidad,
las mil canciones que hemos compartido,
los procesos de becas compartidos,
las tesis,
los trabajos,
las crisis,
los corazones rotos,
la ansiedad,
los antidepresivos,
las crisis existenciales,
los abrazos a distancia.
Uruguanay,
Buenos Aires,
Ciudad de México,
Puebla.
Tanto espacio que abarcamos medio continente.
Hace mucho no te escribía. Pero aquí estamos, 7 años después, juntitos a 7,388 kms de distancia.
Te quiero Joaquín.
