2022 — el año en el que me regalé tiempo

Tere Santana
3 min readDec 30, 2022

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Desde que era pequeña me ha gustado mucho mucho el fin de año. Me gustan los ciclos. Saber que existe el comienzo y el fin de algo me llena de una paz increíble. El tiempo es una construcción humana, ya lo sé, pero lo es igual que un gran porcentaje de las cosas que suceden en este mundo, por eso me parece un acto muy valioso usar una medida humana para cosas humanas.

Este año ha sido raro, no se sintió pero al mismo tiempo se me pasó volando. En este año mi vida regresó y me sentí igual de perdida que en el 2019. Fue como si alguien le pusiera play a un montón de cosas que no sabía que había dejado en pausa. Y aquí estamos, sorteando viejos duelos y reconstruyendo cosas que creí que ya había dejado atrás. Me siento perdida otra vez como a los 23, pero ya no tengo 23, estoy a nada de cumplir 26. Y en estos 3 años hice mucho, mucho, mucho, aunque ahora no lo vea tan tangible. Es impresionante cómo no podemos seguirnos el paso de nuestro propio crecimiento simplemente porque vamos con nosotras mismas. Y justo creo que es por eso que me gusta el año nuevo, porque puedo dar un vistazo atrás y descubrir qué hice.

La verdad, es que mi yo hiper productivo estaría muy decepcionado de mi gestión del tiempo durante este año, pero mi yo revolucionaria, anticapitalista y que ha trabajado en la construcción de un entorno más amable para ella misma, esta muy feliz por mí. Estoy muy feliz por mí.

Este año lo que más me regalé fue tiempo, me tomé el tiempo para terminar mi tesis, para disfrutar de la chamba de mis sueños, para acercarme a mis amigas, para alejarme de otras. Me tomé el tiempo de descubrir nuevas pasiones y de cuestionarme las antiguas. Me tomé el tiempo de disfrutar los privilegios que tengo en vez de estármelos cuestionando sin que eso rindiera frutos. Me tomé el tiempo de tomarme el tiempo sin reprochármelo. Me tomé el tiempo de salvarme de una crisis de ecoansiedad. Me tomé el tiempo de reconstruirme, destruirme e intentar volver a construirme.

Me tomé el tiempo,

ese tiempo que todo el mundo dice que se va,

ese tiempo que decido pasar en mi cuarto escuchando Solar Power en loop porque me hace sentir acompañada en mis crisis,

ese tiempo que dedico los miércoles a ir al cineclub,

ese tiempo que dedico los sábados en la noche a salir a bailar y a disfrutar de mi cuerpo,

ese tiempo que disfruto los fines de semana cuchareando con el rodrigo,

ese tiempo que disfruto en las tardes de salir a pasear con mis papás y penny,

ese tiempo del cual soy dueña y me asusta mucho no serlo más.

Este año rompí con la línea de tiempo que Tere con personalidad de tipo A* construyó a base de ansiedad, autoexigencia y falta de autoempatía. Este año sigo en duelo de todas las metas pasadas no cumplidas, pero también estoy emocionada por lo que implica el romper con ellas: poder crear nuevos sueños y romper con cadenas autoimpuestas.

Este año rompí al cien con lo que desde mi perspectiva implicaba ser una girlboss. Y es que yo no quiero ser una girlboss, yo sólo quiero una buena calidad de vida y mucho tiempo para amar y ser amada.

Así que sí, este año sólo me di tiempo, me di un año, me di 4 meses, me di mi espacio y me di mi tiempo. Ese tiempo que dicen que no regresa, ese tiempo que dicen que es dinero, ese tiempo que fue mío, mío y sólo mío para decidir hacer lo que yo quisiera con él.

Qué vivan los conciertos, el cine, las amigas, la comida rica, los porritos, el sol, el agua cubriendo todo el cuerpo, los olores bonitos, les animalites, la naturaleza, la música, las fotos bonitas, las pláticas con chela o tecito, el baile, el placer, la conexión con otres, el encontrarnos en canciones, pintar, cuidarnos y crecer en colectivo.

*en esta casa tenemos muchas reservas con “las personalidades”, pero nos sentimos identificadas con las características de la personalidad tipo a o el ser capri.

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Tere Santana

Un día empecé a escribir y me di cuenta que era el mejor método para desmarañar mi cerebro. De ahí nunca paré.